jueves, 22 de octubre de 2009

Es Más Fácil Soportar La Muerte Sin Pensar En Ella, Que Soportar Su Pensamiento Sin Morir. Blaise Pascal.

La semana pasada tuve la desgraciada ocasión de participar en un entierro tradicional irlandés. En Inglés se conoce como Wake, que se traduce como velatorio y consiste básicamente en lo mismo: velar al difunto la noche antes del entierro. Esto era muy común en Irlanda hasta los años 70. Hoy en día los entierros se hacen más cortos, y se usan tanatorios, como en España. Sólo se mantiene la tradición en las zonas rurales.

El velatorio tuvo lugar en casa del fallecido y duró 2 noches, de Martes a Jueves. El Martes se preparó toda la casa. En primer lugar se sacaron todos los muebles del salón y se colocó allí el ataúd abierto para que los familiares pudieran ver al fallecido. Todas las cortinas de la habitación se cerraron, y el espejo se tapó con fotos ilustrando la vida del difunto. Junto al ataúd se encendieron 4 velas y se dispuso un recipiente con agua bendita. También se coloco un crucifijo en la cabecera, y un rosario entre sus manos.

Los familiares más cercanos, y, sobre todo los vecinos, prepararon la casa para el evento. Se trajeron sillas, mesas y utensilios como tazas de te y vasos. También se trajo comida preparada, sandwiches, pastas. te, cervezas, refrescos y otras bebidas. El Martes sólo fueron a dar el pésame familiares y amigos cercanos. Por la noche algún vecino o familiar se queda velando el cadáver, que nunca se queda sólo en los 3 días. El ambiente en la casa, y sobre todo en la habitación, es muy solemne. El aire es pesado, y aunque hay luz, predomina la oscuridad. La jornada se alarga hasta las 2 de la mañana, cuando todo el mundo se ha marchado de la casa, se ha recogido, y sólo quedan los que van a velar al difunto.

El Miércoles es el día en que la mayoría de personas acude a despedirse. Oficialmente se esperaba la llegada de amigos y conocidos desde las 5 hasta las 10, pero la gente empezó a llegar desde las 3. En la entrada se encontraban unos libros de visita para que fueran firmados por todos los que acudieron. Muchas personas trajeron una "mass card" que es una tarjeta con una oración por el difunto. Estas se pueden conseguir en las iglesias a cambio de una donación.

Tras dejar estas tarjetas sobre una mesita en la entrada, los conocidos del difunto pasan a la estancia donde este se encuentra. En una fila a un lado del cadáver se encuentran todas la mujeres de la familia, sentadas. Y a la izquierda los hombres. Tras dar el pésame a los parientes, el conocido se acerca al difunto para despedirse. Mucha gente se arrodilla para rezar, o lo toca o lo besa. Después se alejan llorando, bastante afectados, y son dirigidos a la cocina donde se les invita a comer o beber.


La mayoría suele quedarse al menos unos minutos, para comentar con otras personas y recordar la vida del difunto. Una gran cantidad de gente se congrega en la casa, y se les puede ver tanto reír como llorar. Lo normal es tomar té, pero también hay bastante gente que bebe alcohol, aunque de una forma moderada y siempre manteniendo la compostura. La gente comienza a marcharse sobre las 12 o la 1 de la mañana.

A las 9 de la noche se hace el silencio, y un sacerdote hace una pequeña misa en el salón. Esto ocurre la noche antes del funeral. En los días previos (en este caso el Martes) no hay misa, únicamente se reza el rosario. Todo el mundo deja de hacer lo que estaba haciendo, se hace el silencio, y sólo se pueden escuchar los rezos y los llantos, en un ambiente algo fantasmagórico.

Finalmente el jueves se translada el féretro a la iglesia donde tiene lugar el funeral. Más tarde se lleva al cementerio, donde los hombre cargan la urna a hombros hasta la tumba. Después de esto se da una comida a los asistentes y se termina el día celebrando con cervezas la vida del fallecido.

Estos son 3 días muy intensos, pero, en mi opinión, es una forma muy sana de llorar la perdida de un ser querido. Es una pena que esta costumbre esté desapareciendo en Irlanda. Supongo que en España antiguamente también se haría algo parecido, cosa que no debería haberse perdido. En un funeral moderno es mucho más fácil no mirar a la muerte a la cara.

3 comentarios:

Eduardo dijo...

Creo que tienes toda la razón en tu comentario final. Además, el estrés, cada vez más común, hace que ya ni se piense en la muerte (no hay tiempo).

Son muy interesantes estas descripciones detalladas que haces a veces sobre cosas que te llaman la atención :)

la columna dijo...

En España los entierros son igual, excepto en las ciudades y pueblos importantes en los que hay tanatorios, o los que mueren en un hospital que suelen ir al tanatorio del mismo. En los pueblos, sigue existiendo esta costumbre y muchas personas que quieren morir en sus casas, son velados asi.
La verdad, es que es mas humana la despedida. Yo los he vivido con mi familia y los tanatorios son frios, impersonales y carentes de la humanidad que da el hogar propio y la familia, pero hay que entender el gran follón que es el transformar una casa, y no sólo eso, si no que tambien falta la gente que te eche una mano; en qué bloque de pisos de una ciudad has visto que los vecinos velen al muerto y ayuden en esos menesteres?, ya puedes darte con un canto en los dientes si acuden a tu casa a darte el pésame, y por supuesto, olvídate de sandwiches, cervezas, tacitas de te y demás fruslerias.
En fin, que tienes razón, que cada vez somos mas egoistas y nos engañamos queriendo hacer las cosas mas fáciles (vacias)para que nos duelan menos.

Mrs. Ose dijo...

De acuerdo con la columna. En los pueblos todavia es asi. Yo he estado en varios velatorios, sobretodo de vecinos y algun familiar. Y lo normal es pasarse la noche antes del entierro velando al difunto y ayudando a los parientes. En los que yo he estado nos hemos quedado hasta las 3 o 4 de la manana. Y supongo que los mas allegados se quedan toda la noche.
Y estoy de acuerdo contigo. A mi me gusta mucho mas esta manera de despedir al difunto que un tanatorio. Los tanatorios son demasiado frios.